miércoles, 31 de agosto de 2011

COCOON HIZO MUCHO DAÑO...

¿Qué hemos nosotros para merecer esto...? Nos preguntamos una y otra vez cuando llega la muerte tras una "noche loca" y año tras años nos vamos dando cuenta que nos hacemos mayores... De jóvenes mezclábamos con pasión cremas de whiski con bebidas gaseosas y al día siguiente teníamos el coño como para comernos un plato de callos como si tal cosa, fresco y natural... 

Nos vamos haciendo mayores... y aquello que por entonces hacíamos, aquel sin ton ni son nocturno y frenético, como si viviésemos el día anterior a Hiroshima y Nagashaki, se vuelve en contra... Aunque alguno de vosotros al gin-tonic lo siga llamando digestivo... No sabemos muy bien cuando bebida tal, deja de serlo si al cuarto o a la docena, o cuando tenemos las uñas como Florence Griffith de tanta quinina que corre por nuestras venas... Siempre creíste que podías con eso y con mucho más, que duraría ese ansia y capacidad regeneradora de células madre hepáticas para siempre, todos lo hicimos... Pensando que somos pertenecientes a la generación SMS (ya no JASP como rezaba la publicidad del primer Clío) tenemos la sensación real de que todo lo que le hagamos al cuerpo se nos convalidará de un momento a otro... Como quien le cambiaba la carcasa a su primer Nokia después de despeñarse por varios acantilados o lanzarse en varias rupturas amorosas...

Pertenecemos a la generación de los videojuegos, sea en salas recreativas, mega-drive, nes, x-box, playstation, wii, donde siempre hay un bonus o vidas extra... Donde aunque al coyote le caiga encima un yunque sus neuronas permanecerán
 intactas para seguir cumplimentando hojas de pedido y albaranes ACME... Donde en lo que menos  pensábamos y pensamos es en lo de "de dentro" (no lo de dentro de la cartera, si no en los órganos vitales)... Porque eramos jóvenes... Oh, sí Dios!... ERAMOS jóvenes... Que creíamos que aunque Donna (Tori Spelling) vomitase más que los de Fear Factor, se la veía estupendamente delgada por fuera mientras por dentro estuviese más quemada que la pipa de un indio fumada por Jesús Quintero...


ERAMOS jóvenes y lo de tomar Almax o Espidifen era meramente terapéutico y por no ser menos que el resto (por si subía) ¿Sabes tía... me he comprado una caja de Almax Forte y un anillo vibrador easy-on... a que es molón...? Salíamos más que nadie y teníamos el cuerpo tan terso tan terso que se podían hacer pechugas a la plancha cuando íbamos a la playa de reengache a tomar el sol (por supuesto sin protección...)  Pero un día nos despertamos, con la cara pegada "de todo" en una playa desconocida... No nos acordamos de nada del día anterior... Y ya no lo tenemos terso... Muchos días ni tan siquiera tenemos cuerpo, y lo que es peor... ya no tenemos ni pechugas... Y es cuando nos damos cuenta que los años no pasan en balde, que lo que mora y habita en nosotros hasta bien entrada la semana se llama resaca... y ya no llega sólo al día siguiente, si no que es como los puntos vodafone... vienen todos juntos y muchos días después...

Es cuando tomamos consciencia de que tenemos "...titantos" ya no "...tipocos" y recordamos con anhelo la primera vez que tuvimos aquella enfermedad de transmisión sexual que nos hacía tanta gracia... por la novedad... Cuando la mierda acumulada en los vaqueros que tenían un poco de campana no se iba lavado tras lavado y cuando las lagunas mentales nos parecían cosa de los hermanos Cohen... Y nos miramos las uñas de los pies y empiezan a crecer hacia arriba, a lo grueso... Ya no sólo es dejar los biscottes y nuestro cuerpo vuelve a estar en perfecta forma, ahora todo se lo queda en sí mismo, se nos guarda la grasa como preparándose para subir al K2 y no se va ni con KH7... Recordamos que nos decían que usando gomina se te caería el pelo y nos cagamos en tantos años de uso indiscriminado y en el señor Giorgi Line
... Recordamos cuando nos decían que nos íbamos a quedar ciegos, que nos saldrían pelos en la mano (sí, ya sabes haciendo el qué) y ahora es lo único que nos queda y nos acompaña en la senda de la vida...



 Y pensamos en los cómputos (com-puta impotencia) y pensamos en todo el dinero que nos gastamos, en la cantidad de litros de litros que nos tomamos, en la cantidad de cigarros que nos fumamos, y en la cantidad... la cantidad... de cantidades bueno... Y pensamos en René Zellweger y en Helen Fielding... Y pensamos que mejor no hacer cómputos, que peor lo estará pasando Massiel o la parálisis facial de Marichalar o Lindsay Lohan y todos estos... huy, sí, lo pasan fataaaal... Queremos encontrar un lugar en el mundo... quizá incluso hacernos una endoscopia para ver de qué color estamos por dentro, pensando banalmente, que como no nos duele nada, estamos perfectamente aunque nuestra cara tenga más colores que los osos amorosos... Hasta que en uno de nuestros "momentos all bran" nos sale por salvasealaparte un hígado, una mama, o una botella de Tanqueray con una rodaja de limón...

Y nos planteamos leer un libro de autoayuda, o hacernos fans de Allen Carr como quien se apunta a la secta Moon, incluso comprarnos algún CD de Jorge Bucay (con lo que eso supone para la salud), ver Redes en dolby surround, un retiro espirtual a Tolosa, el Camino de Santiago, Isla Conejera o algo incluso peor y en casos extremos... escribiiiiiiir...Nos damos cuenta que nuestra realidad es peor que la ficción nacional, que hasta ganaríamos un Goya... Y que nos quejamos simplemente porque Galiza es tierra de morriña como dice Luis Tosar en el anuncio... Y como Morriña es una palabra internacional nos quedamos tan panchos porque tenemos ya respuesta para todos, sentimos alivio, nos encendemos un cigarro, nos ponemos una copa y buscamos una frase ocurrente para que nuestros amigos del Facebook nos respondan y saber que no estamos sólos en el mundo...



Sí... ya no somos "tan" jóvenes, pero bueno, sabemos que si nos rompemos una cadera en un momento dado, nos pondrán unos clavos de platino... o quizá una prótesis de PLATINO Y TÚ.









No hay comentarios:

Publicar un comentario